Cocido de Pascua.
La Manoli pica fino el ajo y el perejil, no le gusta encontrarse trozos gordos. Los echa en el bol donde tiene ya la longaniza y el morcón, escurre la leche de la miga que tenía en remojo desde bien temprano, lo mezcla todo y se pone a amasar. Repasa la receta, escrita a bolígrafo en un viejo cuaderno, con bonita caligrafía, elegante. No quiere olvidarse nada. Ha molido la carne de pavo y le ha echado la mezcla de especias de la mamá, el toque secreto. La primera vez que hubo un pavo en su casa era ella muy chica. Fueron a comprarlo al mercado de Llano de Brujas y lo engordaron para la Pascua. Entonces un día el papá le cortó el cuello y la mamá lo peló. Ella se escondió en la caseta del huerto, lloraba, no quería salir. Más mayorcica comprendió que las cosas eran así y empezó a ayudar a la mamá en la cocina. Tanto tiempo juntas. Mira por la ventana hacia el huerto, muy quieta. Una lágrima le resbala por la mejilla, hasta la barbilla, cae e...